martes, 23 de abril de 2013

Financiamiento ilegal del PP español se remonta a… siempre

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El Partido Popular (PP) de España se habría financiado ilegalmente a través de un sistema de empresas tapaderas creado por sus propios dirigentes en los primeros años de democracia, según publica hoy la prensa española.

El entramado, constituido por siete sociedades, fue creado a fines de 1979 por la entonces Alianza Popular, formación refundada años después con el nombre de Partido Popular, y que estaba presidida por el ya fallecido ex titular de la Junta de Galicia y ex ministro franquista Manuel Fraga Iribarne.

La presunta financiación ilegal en el PP comenzó, por lo tanto, dos décadas antes del período bajo investigación judicial (1990-2008) registrado en la contabilidad B del ex tesorero Luis Bárcenas, revelada por el diario El País a fines de enero de este año.

De hecho, este diario publica que el sistema de empresas fantasmas creado para financiar al PP fue desmantelado cuando tomaron las riendas de las cuentas del partido Angel Sanchís (1982) y Alvaro Lapuerta (1990), antecesores de Bárcenas.

El País asegura que la antigua fórmula de financiación ilegal figura en documentos que están en poder de Bárcenas, y que varios dirigentes del partido lo confirmaron.

Según esta información, la creación de la trama fue una idea de los poderes empresariales, la CEOE (Confederación Española de Organizaciones Empresariales), que “veían imprescindible que AP se consolidara como alternativa en la derecha ante el previsible desplome de la centrista UCD de Adolfo Suárez, presa de divisiones internas”.

AP necesitaba dinero y votos, por lo que la cúpula empresarial junto a los dirigentes del PP diseñó un sistema para hacer llegar dinero al partido.

El sistema era sencillo: a través de empresas tapaderas el PP pedía y recibía dinero de eléctricas, bancos y constructoras. Entre las empresas creadas por AP figuran Sipsa (Seguridad, Investigación y Protección SA) y Opisa (Opinión, Publicidad e Imagen SA).

“Si pedían factura, entonces les hacíamos unos informes genéricos sobre el sector para justificar el pago”, explicó uno de los implicados en la trama bajo anonimato.

Por cada operación se ganaban unos cinco o seis millones de las antiguas pesetas (30.000 o 36.000 euros). El dinero fue para financiar elecciones autonómicas y municipales, porque entre 1980 y 1982 no hubo generales.

Jorge Verstrynge, secretario general de AP en ese período, presidía el consejo de ambas empresas usadas por su partido para facturar supuestos informes, genéricos o inexistentes, a las grandes empresas.

Dado que no había legislación sobre financiación de partidos, con esta fórmula se conseguía el dinero. Algunas de las personas que estaban al frente de las empresas tapaderas siguen trabajando para el PP.

Por otro lado, El País sostiene que a partir de 1989 y una vez desmantelada esta trama, el PP siguió facturando a todo tipo de empresas sin declarar el IVA ni el impuesto de sociedades.

El sistema utilizado en sus primeros años de existencia por el PP, hoy liderado por el presidente de Gobierno Mariano Rajoy, sería similar al que empleó el Partido Socialista (PSOE) en los años 80 y que fue destapado en 1991, el conocido como caso “Filesa”.

Según la justicia española, los socialistas se nutrieron de 7,21 millones de euros en base a falsos informes que fabricaban y facturaban a empresarios.

Cuando estalló el caso Bárcenas, Verstrynge reconoció parte de lo que hoy publica El País respecto a los primeros años de AP: “Era el salvaje oeste. No había casi legislación sobre financiación de partidos y facturábamos a empresas por informes para financiarnos. No descarto que en algún caso hubiera falsos informes”, dijo.

TELAM –  Tomado de Contrainjerencia

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